Cuántos silencios se gritaron en silencio
cuando decidimos callar...
Nos hemos gritado demasiado en silencio
tanto, que hoy no hay nada de que hablar.
Las compuertas del alma se cerraron
Se abrió una herida en la mente.
Ya no es necesario responder ni preguntar
Solo queda volver a empezar.
A.N.L
2010
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